El viento, por Matilde López de Garayo.



                                                Siéntate

Y ¡escúchame!, soy el viento
Y traigo historias de lejanos países
De ciudades remotas
De  pueblos perdidos
De casa escondidas
Y  ocultas buhardillas.

Descansa
Y ¡aspirame!, soy el viento
 transporto olores de  tierra y agua
 recojo esencias exóticas
fragancias de flores, de hierbas
 perfumes de vida
 aromas  de especias

Cierra tus ojos
Y ¡siénteme!, soy el viento
Que te envuelve en mil sonidos
Que te seduce con mil olores
Que te cubro de rocío
Que te baño en calores.

Caminante, no me olvides
Porque  soy viento que te habla,
Porque soy viento que respiras
puede que  mañana el odio, o el desaliento
me conviertan en ventisca
o puede que  mañana cargada de agotamiento
Sólo sea suave brisa.

1 comentarios:

carmen gomez dijo...

Dicen que quién siembra vientos recoje tempestades. Tú has sembrado al viento y te há florecido un precioso poema.

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