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Cirugía conformadora, por Marichón Castillo.

El hospital está a 50 kilómetros del aeropuerto. Es el centro sanitario más grande de Europa. Alberga todas las especialidades dentro de la cirugía reparadora. Consta de 16 plantas, 23 ascensores y unos 2200 profesionales, repartidos entre médicos, enfermeros, auxiliares, administrativos y seguridad.

 Margot se encuentra hospitalizada desde hace varias semanas en la habitación 803 de la planta décimo segunda. Espera con paciencia la visita de su amiga Gloria. Viene desde Barcelona. Hace poco más de un año que no se ven.El reencuentro presume ser emotivo y sorprendente. A las seis de la tarde, aparece Gloria en la habitación con una preciosa y apetecible cesta e frutas.

- Hola Margot
- Como me alegro de verte por fin, mi buena amiga Gloria.
- ¿Qué tal te encuentras después de la operación?
-pues muy bien, sinceramente. Hoy ha sido el primer día que el doctor le a echado una ojeada a mi nueva nariz. Se ha quedado muy sorprendido y creo que eso es buena señal.
 - De todas formas me ha dicho que le gustaría hablar con alguien de mi confianza. ¿Te importaría hablar con el, Gloria?
- No, no para nada. Ahora mismo me acerco  a ver que me cuenta.

 Gloria atravesó el kilométrico pasillo que separaba las estancias de los enfermos de los despachos de los médicos.

 -Buenas tardes Doctor Méndez.¿Se puede?
-Si Sra. por supuesto. ¿ En qué puedo ayudarla?
- Pues vera. Yo soy amiga de Margot Bada. L apaciente operada de la reconstrucción de nariz de la habitación 803.
-        Oh si, como olvidarla.¡ Pobre chica! Pero según tengo entendido la operación ha sido un éxito.
-        Si, si. La verdad es que en el quirófano no hemos tenido ninguna complicación y además evoluciona favorablemente. A pesar de la irregularidad.
-        ¿ Irregularidad ? Aclárese Doctor
-        Pues bien. Como usted sabe, su amiga acudió a este hospital para que le 
-        realizáramos una reconstrucción transplantarea de nariz.

La mordida del animal le arrancó el cartílago.Le dejó al descubierto el hueso y malformada la cavidad nasal.
-        Lo se. La mirada de ese can nunca me gustó.
 El día del accidente tenía un gesto raro. Sus ojos estaban lagrimosos. El rabo lo mantenía levantado. Las orejas también permanecían hacia arriba. Como nervioso. Alerta. Todos los invitados que nos encontramos en casa de Margot, nos dimos cuenta de la extraña actitud del perro.

Ella no le dio importancia. Dijo que quizás estaba intranquilo  por el jaleo de la gente en su casa. Recuerdo cuando la acompañé a llevarle la comida a Atila ( menudo nombrecito le puso al perro ). Margot se agachó para entregarle el comedero lleno de carne de buey con pollo y entonces…zás!! Le enganchó por la nariz. Margot empezó a gritar. El animal gruñía y gruñía, cada vez apretando más la mandíbula.

Los amigos vinieron corriendo alertados por el llanto de Margot y por mis gritos. Conseguimos liberarla de aquel bicho caníbal de 40 kilos a base de palos. Llevamos a Margot al hospital inmediatamente. La rapidez con la que fue atendida y la profesionalidad, le salvaron la vida.

Lo curioso, es que ella adoraba  a ese perro. Era un miembro más de la familia, pero después del desagradable episodio, no preguntó cual había sido el destino de su buen amigo.

-        ¡ Que tremendo!. Ha tenido que sufrir mucho. Por eso lamento aún más lo sucedido.
-        Dígame Doctor, ¿ De qué se trata?
-        Pues bien. La nariz que le hemos implantado a su amiga, es de un color distinto al de su piel.
-        Bueno Doctor, no pasa nada. Puede que la piel de la nariz sea algo más tostadita que el de su cara, pero eso se compensa con un poco de base de maquillaje.
-        Verá usted Gloria.Es que es algo más tostadita de lo que se está imaginando.
-        ¿ Cuanto más ?
-        El color de la nariz de su amiga es..NEGRO
-        ¿ Qué?¿ Negro? Pero si ella es blanca
-        Lo sé, lo sé. No entiendo como ha podido suceder. Estoy intentando localizar al cirujano que la intervino quirúrgicamente, pero me dicen que se ha ido de vacaciones a Nueva Zelanda.
-        ¡ Que lejos!
-        Eso mismo dije yo. ¿ A estado usted alguna vez en Nueva Zelanda?
-        No. Pero el otro día ví un reportaje en la televisión. Parecía un país ideal.Sin corrupción. Con muy buenas expectativas económicas y laborales. Una alta tasa de natalidad. Y por lo visto un lugar de ensueño para relajarte tumbado en una de las hamacas que se encuentran en las orillas de sus playas de aguas cristalinas.
- Pues allí. En una de esas playas está tumbado a la bartola el Doctor Feijóo. Y seguro que además estará utilizando el “ truquillo “ de que es una eminencia en medicina para ligar con las isleñas.
-        ¡ Ay Doctor! A ver como le digo yo a Margot que su nueva nariz no es lo que ella esperaba.
-        No se apure usted, Gloria. Si quiere , yo puedo acompañarle.
-        Es usted muy amable, pero es algo que prefiero hacer sola.

Gloria regresó sobre sus pasos hasta llegar de nuevo a la habitación donde descansaba  Margot.

-        Ya estoy aquí.
-        Hola amiga ¿Cuánto has tardado?
-        Que vá. Lo que pasa es que como tu estás aquí sin poder moverte, se te pasa el
-        tiempo más lento.
-        Bueno… venga Gloria , cuéntame lo que te ha dicho el médico, que estoy negra
de esperar.
-        ¡ Que graciosa eres Margot! Siempre me ha encantado tu sentido del humor.
-        Venga Gloria cuenta lo que sepas.
-        Pues bien. El doctor Méndez me ha dicho que la operación ha ido muy bien, pero que el doctor Feigóo, el cirujano, ha cometido un pequeñísimo error. Toma este espejo Margot. Yo te ayudo a levantar las vendas.

Gloria apretó los ojos y giró la cabeza esperando el estremecedor grito de su amiga… pero tal cosa no sucedió para su asombro. Margot observaba su chata y negra nariz con una sonrisa de oreja a oreja. Gloria le preguntó como se sentía. Margot sonrió y le dijo a su amiga que cocertara una nueva visita con el Doctor Méndez.

-        ¡ Chica, hay que buscarle unos nuevos labios a esta nariz!

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