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Comienza el día, por Matilde López de Garayo

Es bueno comenzar el día con un hecho cariñoso, emotivo o tierno.

Como todos los día me levanto a la 6:30, y mientras me arreglo voy recogiendo la casa,

Desde hace tiempo  mi perro me da los buenos días encima de mis zapatillas.

Caliento el agua para el té y le echo unos trozos de pollo que han sobrado del día anterior.

Aunque me acompaña a todas partes desde que me levanto, el olor es superior a la fidelidad y se aproxima a su plato para engullir lo que haya.

Estoy haciendo mi cama y oigo un llanto lastimoso en la cocina. El muy bruto ¡no come traga! , seguro que se ha hecho daño., vuelvo la cara y  lo veo a mi lado, mirándome con su único ojo sano, y quejándose.

Tiene la boca entreabierta. Le empiezo a hablar con cariño mientras le abro la mandíbula  y le extraigo un trozo de carne que se le la quedado encajado en la boca.

Inmediatamente empieza a mover la cola y a pegar saltitos, señalándome el camino de la cocina. Reclama lo que es suyo.¡no perdona!

Lo dejo devorando su trofeo y me pongo a lavarme los dientes, veo a través del espejo una sombra en el suelo, es él, moviendo el rabo como queriéndome decir: ¡venga date prisa! A ver si me puedes sacar un ratito. 

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